Comes muy poco y sin embargo no paras de engordar. En cambio conoces otras personas que no miden nada lo que ingieren ni el tipo de alimentación que llevan a cabo, y se mantienen en un peso idóneo. ¿Dónde está el truco?
Cada persona somos diferentes. Lo que nos diferencia a unas y otras se encuentra dictado en nuestro código genético, en nuestro ADN. Son cambios minúsculos, pero con una trascendencia muy grande. Tanto si eres una persona propensa a engordar como si eres una persona que es capaz de metabolizar cantidades ingentes de comida sin engordar un ápice, esta cualidad tuya viene determinada por tu código genético.
Hasta hace no mucho no existía la posibilidad de conocer de manera personalizada estas particularidades genéticas. Pero gracias a los grandes avances científicos de los últimos años hoy en día podemos hablar de una primera etapa de democratización de los estudios genéticos.
Parece mentira pero a día de hoy ya estamos en disposición de poder analizar tu ADN y conocer qué alimentos te benefician y cuáles no. Esto es así gracias a la Dietética Genética.
Gracias a esta disciplina podemos establecer una nutrición acorde a los dictámenes de tu código genético. Alimentando de manera directa tus células. A este tipo de nutrición la llamamos Nutrición Celular Activa.
Establecer una dieta adecuada para una persona puede ser un trabajo de diseño que se afronta desde diferentes disciplinas, a saber, la nutrición energética, la fitoterapia, todo tipo de terapias alternativas y la Nutrición Celular Activa de la que estamos tratando en este post.
Para una persona sana una dieta equilibrada es más que suficiente en la mayorías de los casos para cubrir todas sus necesidades. De esta manera se cubren las necesidades de macronutrientes que tenga el organismo, sin embargo, las necesidades de micronutrientes como los oligoelementos ya es más complicado cubrirlas en su totalidad.
A consecuencia de este desequilibrio es cuando surgen los problemas derivados de la nutrición y gracias a la Nutrición Celular Activa podemos atajar de raíz este problema, ya que con esta metodología de trabajo conseguiremos devolver a las células que sufren carencia de micronutrientes o que están intoxicadas, su funcionamiento óptimo.
Al tratarse de una intervención tan detallada se deben tener en cuenta muchas variables, más allá de la bioquímica propia del paciente determinada por su genética, como el clima en el que vive, la profesión a la que se dedica…etc. Es decir, tantos tipos como personas.
Los oligoelementos son elementos químicos que necesitan nuestras células para el correcto funcionamiento de su metabolismo. Por lo que si se cubren los niveles necesarios de estos micronutrientes en las células, su metabolismo no será el óptimo y las consecuencias serán notables.
La primera etapa de la Nutrición Celular Activa consistirá en complementar nutricionalmente en oligoelementos. Pero no de cualquier manera, ya que tendremos que tener en cuenta que tienen que ser aportados de manera que sean asimilables por las células.
El cuerpo humano asimila toxinas a diario. Tóxicos que provienen de los pesticidas, de la contaminación y un largo etcétera de “ataques ambientales” que recibimos. Por lo que será necesario que a la par que nutrimos a nuestras células las desintoxiquemos.
Los detoxificadores son preparados con diferentes efectos sobre nuestro cuerpo y que en fin último nos ayudarán a eliminar toxinas de nuestras células y organismo. Efectos drenantes, desacidificadores…etc.
Ahora que ya hemos corregido hábitos alimenticios y nuestras células reciben los micronutrientes que necesitan, y por otro lado ya hemos eliminado los agentes nocivos que las dañaban, es el momento de regenerar y reestructurar.
Para ello trabajaremos con los reestructuradores, complementos que nos ayudarán a poner en marcha aquellos sistemas que se encontraban alterados, como pueden ser el sistema inmune, las digestiones, el funcionamiento de glándulas como la tiroides…etc.
La buena noticia de esta etapa es que la herencia genética no es tan determinante como se pensaba hasta hace poco tiempo para el correcto funcionamiento del organismo. Pero sí gana importancia de la mano de otras variables como los hábitos de vida, entre los que destaca el dañino estrés.
Cuando las personas estamos estresadas nuestras células consumen micronutrientes a tasas mucho más altas de las normales, por lo que se altera nuestro metabolismo, se pueden generar carencias y como consecuencias sufrir daños.
Por todo ello en esta última etapa trabajaremos cómo combatir estos ataques del día a día para que no vuelvan a interferir en el óptimo funcionamiento de nuestro organismo.
Ya es posible disfrutar de la Nutrición Celular Activa en Valencia. Si te has visto identificada/o en los supuestos que hemos comentado al comienzo de este post te recomendamos que te pongas en contacto con nosotros para resolver cualquier duda que tengas acerca de la Terapia Celular Activa. Estaremos encantados de atenderte y estudiar tu caso particular para ver en qué podemos ayudarte.
Tal y como has podido leer anteriormente la Nutrición Celular Activa es un proceso en el que primero estudiamos en profundidad al paciente para continuar mediante un “viaje” completo que consta de diferentes etapas, como la “limpieza” del organismo y sus células eliminando tóxinas, la generación de unos hábitos alimenticios sanos y personalizados, la suplementación específica en micronutrientes acorde a las carencias detectadas, la reestructuración de células, sistemas y organismo completo y por último, pero no menos importante, el “escudo” frente a las agresiones no físicas, como el estrés.
Y todo ello en un trabajo 100% personalizado.
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